23 de marzo, Día Nacional de la Conciliación y la Corresponsabilidad
En el año 2018 fue aprobado por el Consejo de ministros establecer el 23 de marzo como el Día Nacional de la Conciliación y la corresponsabilidad. Esta medida va encaminada a que, por parte de toda la sociedad, familias, personas trabajadoras, Administraciones Públicas, empresas y agentes sociales tomemos conciencia de la importancia que tiene la conciliación y la corresponsabilidad para la calidad de vida de todas las personas.
En el año 2024, la conciliación sigue figurando en la lista de tareas pendientes dentro de las agendas políticas. Así, la brecha salarial, el ambiente laboral, la gestión del tiempo y la flexibilidad encabezan la lista de preocupaciones de las personas trabajadoras
En definitiva, compatibilizar la vida laboral y la personal sigue siendo un tema de plena actualidad para empresas y profesionales. Aporta valor no solo a la cultura empresarial, sino que mejora la productividad y el atractivo para retener y atraer talento.
Trabajar por una conciliación real no solo supone avanzar para conseguir una igualdad efectiva en el puesto de trabajo como establece la ley, sino que las empresas también obtienen resultados positivos, tanto por la mejora de la motivación y la implicación con la organización, como por el incremento de la productividad y la reducción del absentismo.
Son muchas las medidas que pueden abordarse en materia de conciliación y éstas deben personalizarse a la realidad de cada organización (sector, mercado, estructura interna, capacidad económica, etc…). No obstante, queremos abordar varias propuestas que puedan servir como motor de cambio:
- Organizar el tiempo de trabajo. Realizar políticas de flexibilidad horaria y distribuir las horas en función de las ocupaciones de la persona trabajadora: horarios flexibles de entrada y salida, cambios de turnos, bolsas de horas, … hasta llegar a una distribución personalizada de la jornada.
- Favorecer la movilidad geográfica y el trabajo en remoto. La opción del teletrabajo es ya deseable para un 94% de la fuerza laboral mundial y hay varios estudios que inciden en la mejora de la productividad observada.
- Ampliación de los permisos por encima del marco legal. Acceso a dos semanas de permiso retribuido antes del alumbramiento o el incremento de la excedencia por cuidado de hijos hasta los tres años con reserva de puesto.
- Equilibrio entre la vida personal y la laboral aplicando el modelo de las “4 D”: dedicación, disponibilidad, desconexión y descanso. Especialmente relevante para las personas teletrabajadoras y supone ajustar la jornada en función del tiempo o de la realización de actividades, así como la definición de la disponibilidad de las personas empleadas, virtual y presencial, y su desconexión.
- No es necesario disponer de las personas en la oficina más tiempo del necesario. Desarrollar nuevos modelos de gestión empresarial y de trabajo que valoren más el rendimiento por objetivos frente al número de horas con presencia física de las personas trabajadoras.
- Una jornada de trabajo de manera continua durante todo el año, no solo en los meses estivales. o, en el caso en el que no sea posible, establecer al menos un día de jornada continua, que puede fijarse los viernes.
- Facilitar la ausencia del puesto de trabajo por causas de fuerza mayor justificadas. Favorecer el trabajo a distancia o crear bolsas de horas de libre disposición pactadas entre la empresa y la persona trabajadora sirven para poder atender esos imprevistos de tipo personal o familiar.
- Fijar unas horas concretas para las reuniones No convocar reuniones a última hora de la jornada, concretar su inicio y finalización, exigir puntualidad o suprimir los encuentros prescindibles. Aquí, también se podrían incluir los programas para favorecer la desconexión laboral, como los planes de luces apagadas desde determinada hora de la tarde.
- Jornadas para empleados. Charlas y encuentros sobre conciliación, igualdad y corresponsabilidad, dirigidos a las personas trabajadoras, con la participación de ponentes externos.
- Desarrollo de plan de igualdad como herramienta para determinar un diagnóstico real de la situación de la empresa y la adopción de medidas para romper el «techo de cristal».
En definitiva, son muchas las acciones que las organizaciones podemos realizar para mejorar la conciliación de la vida personal y laboral de nuestras plantillas.
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